Pero no hay que dejarse dominar por el pánico, nuestra mejor herramienta es el conocimiento y por eso nuestros más peques estarán de lo más preparados para las vacaciones playeras.
El taller comenzó con un cuento en el que se dieron pinceladas de las características propias a las medusas.
Después, realizaron un experimento en el que se ellos mismos accionaban una célula urticante de los tentáculos, conocida como cnidocito.
Para terminar, manipularon varias réplicas de medusas hechas con gelatina alimentaria. Empezamos la mañana con cuatro réplicas y acabamos con centenares de añicos.
Es lo que tiene hacer actividades manipulativas.
La anatomía externa de una medusa típica (escifozoo) pudieron observarla con las medusitas hechas reciclando botellas, pelotas y sedal de pesca.
Toda una experiencia. El curso que viene más, y esperemos que mejor...
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